“¿Sabes la historia del cosmonauta ruso? Es el primer hombre que fue al espacio. ¿No? Los rusos le ganaron a los estadounidenses. Así que el va en esta gran nave espacial, pero la única parte habitable de ella es muy pequeña. Por lo que el astronauta está ahí, y él tiene ese pequeño espacio. Él ve la curvatura de la Tierra... por primera vez. Es decir, el primer hombre que ve a su planeta desde el espacio. Y se ha perdido en ese momento. Y, de repente, un extraño tic-tac comienza a salir del tablero de instrumentos. Bueno. Sí. Arranca el panel de control. Saca sus herramientas. Tratando de encontrar el sonido, tratando de detener el sonido. Pero no lo encuentra. No puede evitarlo. Y sigue adelante. Pocas horas en esto, comienza a sentirse como tortura. Pocos días pasan con este sonido, y él, ¿sabes?, que este pequeño sonido...lo torturara. Va a perder la cabeza. ¿Qué va a hacer? Él está en el espacio, solo, en un armario del espacio. Tienes 25 días más... con este sonido. Por lo que el astronauta decide... “la única manera de salvar tu cordura... es amar este sonido. Así que cierra los ojos... y entra en tu imaginación”… y luego los abre. Él no escucha el tic tac más. El oye música. Y pasa el resto de su tiempo, navegando por el espacio en una felicidad total... en paz.”
The Another Earth
Tercer Ojo Sangrante: (A): 7 / (CAV): 7 / (R): 7
Cuando terminé de verla, mi única convicción fue que ya estaba dentro de las diez mejores. La angustia, el afecto a flor de piel, en cada rincón, en cada compás. The Another Earth, te invita al recogimiento, a observarte, a llorar por un largo rato y a hacerte cariño, sabiendo que no estas solo.
El mundo está perplejo. El gran sueño de la humanidad se ha hecho realidad. Científicos han descubierto un planeta con idénticas condiciones que la tierra. Una Tierra Dos. Rhoda Williams (Brit Marling) una chica con un futuro prometedor, la noche en que es debelado el hallazgo, es protagonista de un accidente con consecuencias fatales. Su vida se quiebra, así como también la de John Burroughs's (William Mapother), quien pierde a toda su familia.
Cuatro años de cárcel, y un remordimiento que no abandona a Rhoda. Mientras el mundo sigue impactado tras descubrir que el nuevo planeta es una copia fidedigna de la Tierra, un espejo perturbador.
La posibilidad de encontrarte contigo mismo, de observarte, de darte cuenta que cada mínimo detalle en ti es parte y objeto de tus decisiones, de tus errores, de lo que ocultas, de lo que sientes y piensas. Que todo podría haber sido diferente. No hay posibilidad de escapar, no hay posibilidad de mentir. Eres tu. La única persona a la que no le puedes ofrecer excusas, la única persona a la que no le puedes sonreír simpáticamente y por cortesía. Es de verdad. El sólo saber que existe otro yo ahí afuera, te hace introyectarle casi de manera automática. Genera un acto de reflección, de revisión, de redención.
The Another Earth, está muy lejos de ser una película de ciencia ficción. Es una metáfora, una alegoría sobre lo que somos, lo que tememos, lo que soñamos, lo que hacemos para alcanzar la felicidad. Del remordimiento, el perdón, la sanación y el reencuentro. Quedo corto en expresiones. Las actuaciones de los protagonistas te invitan a escuchar, a darte un tiempo en silencio. Las melodías, el trabajo audiovisual, te sumergen en la memoria y los sentimientos de personas heridas, pero que aún luchan por soñar.
Tu. ¿Qué harías si te encontrarás contigo mismo?
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