No se si es tan maravillosa como
para ganar el Oscar… ahora bien no se si una película tiene que ser maravillosa
para ganar un oscar… quizás es un prejuicio mío.
Todo el tiempo me pareció estar viendo
una película de Woody Allen. Tiene esos planos, esa impulsiva vulnerabilidad titubearte
y errática de las escenas del maestro, que a veces besa el absurdo y el sin
sentido; lo evitable y editable.
Michael Keaton siempre ha sido mi
actor esquizofrénico favorito… es curioso Edward Norton lo secunde (su heredero
enfermo de mierda natural). En esta obra hasta su espantosa sonrisa aporta
tema.
Hay algo de pedante, de
pretencioso, de teatral que chorrea la pantalla, más allá del libreto, y me
parece coherente con la angustia del personaje principal, en plena crisis
vital, replanteamiento de su vida, obra y trascendencia… cordura.
Tema a parte el manejo de los
planos, fuera de planos, planos secuencia, mezclas de secuencia tiempo. Magnifico.
La musicalización es desestabilizarte, inestable, hilarante, armónica con el
delirio de sus protagonistas, todos confinados en un laberinto de pasillos y
habitaciones infestas de recuerdos desechables.
No es una película pop, no es una
película cine arte… es un bodrio pretencioso bien hecho, con un final cliché. Dos
Ojos duros y sería.
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