¿Cómo hacer buen cine con
argumentos reciclados?
Esta película, con un elenco de
peso, con una historia que fluye sin quedarse pegada en detalles, y que se
orienta a desenlaces casi obvios, pero que consigue la tensión justa para no
desmotivarnos; manteniéndonos alerta. ¿Mensaje, moraleja, argumento de fondo?
Quizás el final ofrece el mejor consuelo para un protagonista que escapa
durante tanto tiempo de una sombra que él mismo parece desear castigar. La
trama es una excusa para autoinmolarse con estilo y descansar de sus fantasmas con buena musica de fondo.
Un ex-policía (Mark Wahlberg) caído
en desgracia tras ajusticiar a un violador, se convierte en un detective
privado dedicado a líos de faldas. Endeudado y al borde de la banca rota, sus
servicios son captados por el alcalde de Nueva York (Russell Crowe), quien le
encarga investiga a su esposa (Catherine Zeta-Jones). Las investigación se
complica, elecciones, enredos en compras de terreno, asesinatos, relaciones gays, y el protagonista que se ve enfrentado nuevamente al caso que le costó su
trabajo.
Una película que no amerita
mayores análisis, porque se consume y se disfruta fácilmente. Russell Crowe se gradúa de villano, ya muy
lejos de ese gladiador cliché de los noventa. Mark Wahlberg retoma sus papeles
sin mayor gesticulación. Y Catherine Zeta-Jones, sigue ganándose el sueldo sin
aportar ni un segundo memorable. Caso a parte, en lo personal, siempre me complican esos diálogos con
referencias a tantos nombres y apellidos, que enredan un poco la comprensión de
los conflictos y que me terminan mareando, pero pasa. El ojo duro la recomienda
de igual manera.
Broken City: La Trama
Un Ojo Duro: (A): 4 / (CAV): 6 / (R): 6