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Enfermante



Debo aceptar que hay aspectos bien enfermos en mi tolerancia. Puedo justificarlo una y otra vez de maneras diferentes, pero se me escapa de las manos. Puede ser costumbre, puede ser esperanza, puede ser un vicio, puede ser lo que sea… pero prestarle tiempo a series que se vuelven día a día más intolerablemente mediocres, me parece a lo menos digno de encierro. Ese es mi pecado. Estas las malsanas tentaciones. Tres series de televisión que rayan en el desquicio argumental y el despilfarro más injustificado de dinero.


Under the Dome
Dos Ojos Blandos: (A): 1 / (CAV): 4 / (R): 2

Cuando comencé a verla me pareció mediocre, lenta, sobreactuada. Cuando me enteré que se trataba de una adaptación de un libro de Stephen King, todo tuvo sentido. Del escritor de ciencia ficción y “horror” más sobrevalorado de la historia de la humanidad, no podía esperar más.  

La historia es simple e infantil… En un pueblo perdido de EEUU, sin razón, sin explicación, sin aviso alguno, cae un inmenso domo o cúpula que los aísla del mundo. Misterio, intriga, profecías, traición y misticismo, todo revuelto y sin condimentos, y con un nivel de elaboración digno de Kindergarten. Cuando crees que la historia toma ritmo, se vuelve interesante, consistente, te da la sensación de que estas ante el esfuerzo épico más inhumano por hacerlo todo mal y mantener en letargo mental al espectador.

Errores de continuidad (lanzan una bomba atómica y a los capítulos después nos olvidamos de ello); actuaciones de nivel amateur; diseño de personajes estereotipados, líneas argumentales vacilantes. Simplemente una tortura, que promete segunda temporada.

Revolution
Dos Ojos Blandos: (A): 1 / (CAV): 4 / (R): 3

Jamás me había sentido más desesperado y violentado intelectualmente ante una serie tan absurdamente previsible. Ver como se despilfarra una buena idea y lo convierten en un festín de cliches, giros obvios, líneas argumentales tan desorientadas, es enfermante. Ya en su segunda temporada, los vaivenes de una historia desordenada se mantienen y cada personaje parece tirar aleatoriamente el destino a la deriva de esta serie, movilizados por una ética tan primitiva como poco creible.

La idea es buena. El mundo, de la noche a la mañana, cae en un apagón global. La electricidad desaparece, la era de la tecnología llega a su fin de golpe, y el caos se desata. Acto seguido han pasado 15 años. Para horror de muchos, el mundo sigue su rumbo sin WhatsApp, ni Facebbok. Se ha instaurado un nuevo orden a nivel mundial y pequeñas republicas bélicas se convierten en los nuevos feudos que concentran el poder político y económico. Los protagonistas están emparentados, sin saberlo, con los responsables del apagón, y con el tirano de turno. Así nos vamos enterando de los secretos y orígenes de este nuevo contexto y de las verdaderas razones de esta crisis. La historia alcanza su climax a finales de la primera temporada… descubrimos que pasó, y todo pinta genial… pero de ahí nos vamos a tumbos a cualquier parte.

Una segunda temporada horrible, que promete, se desinfla, se pierde, nuevamente promete, y nuevamente se desinfla.    


Walking Dead
Dos Ojos Blandos: (A): 1 / (CAV): 5 / (R): 2

Mi experiencia es la siguiente. Ya en la segunda temporada comencé a sospechar que algo malo ocurría con esta serie. Si bien los primero capítulos fueron una aceptable exposición de drama y acción, la secuela era desconcertantemente lenta y desabrida. Me motivé a investigar, a leer el comic en el que se basaba la serie, y comencé a asustarme. ¿Qué demonios es lo que estaban mostrando en la tv?... La Historia original era exquisita, cruda, embriagadoramente adictiva, lejos de la parsimonia de la versión televisiva. Todo era un engaño, una versión Light de una novela con ribetes épicos.

La historia todos la conocemos de una u otra manera, no es muy original. Se centra en Rick Grimes, un policía de un pequeño pueblo y su familia. Luego de recibir un disparo, cae en coma y despierta en pleno Apocalipsis zombie. De ahí lo original. El desarrollo de la subsistencia del hombre en un contexto despiadado, desalentador, endemoniadamente peligroso. Donde las bestias no son los muertos caminantes, sino quienes se proclaman como humanos.    

Lo traumático de mi experiencia es que ya conozco la historia completa. Verlo en la pantalla es desquiciante, dan ganas de gritar, llorar, destrozar el monitor y decir basta. Es un delito, un asesinato en primer grado argumental, es una ofensa sin perdón lo que han hecho con los personajes, la historia, la ética, la crítica social larvada que encierra esta novela. Y la gente se la traga, la ama… y miro a mí alrededor y no veo más que zombies. 

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